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Cómics / libros

Rewiew Damn them all. Mafia callejera y problemas familiares

damn them all

En el Londres de los bajos fondos la magia es un arma más y el que más poder tenga mandara. Crimen y hechizos en Damn them all desde la mente de Simón Spurrier y el arte de Charlie Adlard.

La fantasía urbana se ha convertido en uno de los géneros más potentes tanto de la literatura convencional como del cómic. El noveno arte vio nacer al detective sobrenatural que se ha convertido en la medida para todos los demás: John Constantine. Aunque no fue el primero. Ya la literatura pulp nos entregó investigadores que peleaban contra lo sobrenatural y hechiceros que usaban la magia blanca en contra de la negra. Pero la creación de Alan Moore supuso una ruptura con los magos clásicos. Mandrake y su elegancia dejaban paso a una gabardina mugrienta y cartones de Silk Cut fumados a montones.

Lo malo de establecer un modelo tan poderoso es que tras él todo es parecido o antagónico o una fusión con algún elemento externo a lo sobrenatural. Pero siempre acabamos nombrando esa piedra de toque que lo cambió todo. Es muy difícil evitar los tropos establecidos, pero con ellos se pueden también crear nuevas historias si se sabe cómo. A veces que algo esté tan establecido facilita el trabajo para contar una historia.

Este es el caso de Damn Them All, Simon Spurrier y Charlie Adlard. Es un cómic sobre una hechicera urbana a la que le cae el peor trabajo del mundo, hacerse cargo del negocio familiar. Los chanchullos de su tío, el mejor mago de Londres. Su muerte inicia un proceso desconocido que acabará convocando a los señores del infierno y poniéndolos a cargo de mafiosos, asesinos y de los peores humanos del planeta, políticos.

Spurrier ya ha tenido dos etapas con John Constantine, así que el mundillo de la magia no le es desconocido. Y parece que sin salir del mismo mundo que parió al rubio mago ha creado Damn Them All, otra gran saga de peligrosos británicos malhablados, malhumorados, adictos a demasiadas cosas y odiadores del sistema inglés y el orden social que abusa de la clase proletaria. Y además es una mujer a la que le toca aguantar las milongas de un montón de criminales machitos. Ella es Ellie Hawthorne.

Spurrier sabe cómo construir una historia interesante y añadir una pizca de critica propia

descubre el mundo mágico y siniestro de damn them all: crimen, hechicería y crítica social en las calles de londres. una serie imperdible.

Criminales, poderes fácticos, magia y una familia disfuncional se mezclan en Damn Them All para dejar una historia en la que Simon Spurrier deja claro que no es un fan de las políticas ni del estado actual de su país. Con diálogos brillantes y mala baba el autor conduce al lector por el mundo de su protagonista a toda velocidad. Quizás un exceso de charlatanería en algunos momentos atasca el ritmo, pero el estilo del escritor siempre ha sido así. También apoyarse en textos del diario del tío de Ellie para explicar la magia y no tener que crear discursos expositivos sobre el tema es un buen recurso, pero no siempre del agrado de lectores que buscan comics puros.

Si en el guion encontramos a un autor ya veterano al dibujo de Damn Them All tenemos a un hombre cuyo arte estará atado en la historia del cómic a la serie The Walking Dead, hablamos de Charlie Adlard. El dibujante de la obra más conocida sobre un apocalipsis zombi (con perdón a George A. Romero) destaca por la fuerza de sus negros y por la caracterización personajes.

En Damn Them All usa a fondo estás habilidades para que los demonios, ángeles y la magia impacten por sus luces y sombras, y los humanos sean fácilmente definibles por sus gestos y aspectos distintivos. El Londres callejero del East end se convierte por momentos en un mundo aparte en manos de Adlard, donde las sombras esconden monstruos, y en el mundo de Ellie así es.

Puede que la serie beba mucho, muchísimo más bien, de John Constantine y su Hellblazer, pero eso no resulta problemático para disfrutar de ella. Al revés, la comodidad del mundo y los personajes hace que sea fácil entrar y disfrutar de la lectura. Aunque siempre existe la posibilidad de que un ambiente tan reconocible y familiar, pero sin serlo también haga que no entremos del todo. Todo depende de la capacidad de abstracción y exigencia que tengamos.

¿Tienes alguna opinión sobre cómo Damn Them All se compara con otras series de fantasía urbana? ¡Déjanos tus comentarios y cuéntanos qué te pareció!

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