Los miembros del Sindicato de Directores de cine de América votaron para ratificar su nuevo contrato, evitando así la huelga
La DGA (Sindicato de Directores de cine de América) anunció ayer que el 87% de los miembros habían votado a favor del acuerdo, con una participación del 41%. El gremio dijo que la participación fue la más alta en un voto de ratificación, con 6.728 miembros votando de los 16.321 elegibles.
El contrato incluye un aumento del 76% en los residuos de transmisión en el extranjero, que era la máxima prioridad del gremio antes de las conversaciones. También incluye un “segundo corte” para directores de televisión y un programa piloto para la seguridad en el set. También adelanta una hora las penalizaciones por horas extraordinarias para los subdirectores.
La DGA ha realizado varias reuniones de miembros, tanto en persona como por Zoom, desde que se anunció el acuerdo tentativo el 3 de junio. La dirigencia ha explicado los términos del acuerdo, que también incluyen disposiciones sobre inteligencia artificial, licencia familiar y aumentos en los mínimos. del 5% en el primer año, seguido del 4% y 3,5%.
Días difíciles para la AMPTP
Es probable que el acuerdo con el Sindicato de Directores de cine sea el obstáculo más fácil para la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP). La DGA se ha declarado en huelga una sola vez en su historia y fueron tan solo unos minutos en 1987.
La AMPTP todavía está en conversaciones con SAG-AFTRA, que representa a 160.000 artistas. Ese contrato vence el 30 de junio y la dirección podría convocar una huelga si no se llega a un acuerdo para entonces, una situación que ha provocado que muchos estudios se hayan retirado de la San Diego Comic-con o no hayan asegurado su presencia todavía.
La AMPTP además debe de llegar a un acuerdo con el Writers Guild of America, que ha estado en huelga durante 53 días, deteniendo producciones y generando retrasos en muchas fechas de estreno, Disney anunció un nuevo calendario de estrenos para muchas de ellas. El grupo de estudio generalmente busca aplicar los términos de un gremio a los otros dos en un sistema de «negociación de patrones», pero tanto SAG-AFTRA como WGA han dicho que no estarán sujetos a los términos del contrato de DGA.
El uso de la IA uno de los puntos a debate
En las entrevistas, los miembros de la DGA generalmente expresaron su apoyo al acuerdo, aunque algunos tenían reservas sobre el lenguaje de la IA.
La disposición de la IA, la primera en cualquier contrato de gremio, estipula que la IA generativa no constituye una «persona» y establece que no reemplazará los deberes tradicionalmente realizados por los miembros del gremio. Pero no prohíbe la IA y exige solo una «consulta» sobre cómo se utilizará en el proceso creativo. Tampoco incluye disposiciones que rijan cómo se pueden capacitar los programas de IA, que son prioridades clave para WGA y SAG-AFTRA.
Muchos guionistas y directores, que son miembros tanto de la WGA como de la DGA, habían anunciado públicamente que votarían no en solidaridad con la huelga de la WGA.
La llegada a un acuerdo no ha gustado a los guionistas
Algunos guionistas también criticaron públicamente a la DGA por llegar al acuerdo, diciendo que hubiera sido mejor esperar a ratificar hasta que los escritores tengan un contrato.
En un comunicado, el presidente de la DGA, Lesli Linka Glatter, dijo que el gremio “no negoció en el vacío”, un sutil reconocimiento a quienes dijeron que la huelga de escritores impulsó la influencia de los directores.
“Estamos unidos con los escritores, actores y todos los miembros del equipo en nuestra lucha compartida para hacer avanzar nuestra industria”, dijo Glatter. “Apoyamos a los actores que están en negociaciones y a los escritores que permanecen en huelga, y apoyaremos a IA y Teamsters cuando negocien su acuerdo el próximo año. No estaremos satisfechos hasta que todos tengamos contratos justos que nos recompensen por nuestro trabajo creativo; debemos crear una industria vibrante y sostenible que nos valore a todos de manera justa”.
Si los miembros de la DGA hubieran rechazado el acuerdo, los negociadores se habrían visto obligados a volver a la mesa de negociaciones. La costumbre de la DGA es anunciar que los miembros votaron para ratificar por un margen “abrumador”, pero no dar el recuento.
La última vez que el gremio publicó los resultados reales fue en 1996, cuando se aprobó el contrato con una votación de 2949 a 112, o 96,3 % a favor.
